miércoles, 4 de julio de 2012

ENOJADOS? capítulo número 1 y 2



Me apasiona leer libros sobre la crianza de los hijos. Pero me lleno de ansiedad. Enseguida me identifico con lo que estoy leyendo y no se qué hacer con esas sensaciones. Atino a llamar a una amiga y "vomitarle" lo que acabo de descubrir, o escribo una frase en facebook, o lo espero a mi esposo, y trato de transmitirle las cosas que estamos haciendo bien o las que necesitamos cambiar.
Lo cierto es que después de unos días, la ansiedad baja y hasta olvido aquellas lecciones que me dio el libro y todo vuelve a hacer como antes. Te pasa?
Voy a empezar a usar el blog para escribir esos conceptos que me transmite un libro de modo que me ayude a mí a recordarlos, a citarlos y a aplicarlos.
Este libro, particularmente es uno prestado. Gracia (que bello nombre!) me lo prestó porque vió que yo estaba buscando material sobre cómo manejar el enojo en niños.
Asíque lo empecé a leer esta semana.
Escribiré mis pensamientos luego de leer cada día y estaré esperando vuestras opiniones, si es que el tema les interesa, claro!
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Capítulo número 1 y 2
Los autores describen un cuadrilátero donde se boxea y lo comparan con las "peleas" que se libran dentro de casa entre los hijos y los padres. La primera adevrtencia que nos da es: NO ENTREN AL CUADRILÁTERO.
Es cierto! Cuántas veces me encuentro dentro de una "pelea"! Los padres no estamos llamados a pelear con nuestros hijos, sinó a corregirlos.
Corregir sí, pelear no.
No está mal enojarnos.
Pero debemos usar el enojo como una herramienta que nos avisa qué es lo que anda mal, y así poder corregir esa actitud en nuestros hijos .
La idea es "corregir actitudes" lograr cambios, y para eso los gritos no sirven, solo son descargas que no sirven para nada.
Me gustó eso de entender que el Espíriu Santo desea trabajar en el carácter de nuestros hijos y que a Él también debemos hacerlo un lugar en la crianza.
La idea es separar la señal (enojo porque algo anda mal) de la respuesta (la disciplina). Nuestras razones para enojarnos con nuestros hijos son reales, pero debemos usarlas como señales. A partir de ahí empezar a trabajar en la corrección (sin enojo!)
Sigo mañana...



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